Marrones y círculos

El círculo es, seguramente, la figura geométrica más traicionera. Cualquiera de los puntos que la componen puede hacer que su perfección salte por los aires en cualquier momento, y que todo lo que ha tardado uno en construir durante toda su vida explote como un globo descuidado en una fiesta de cumpleaños. La apariencia es una compañera tan fastidiosa como la opinión. Ambas se oponen a la libertad, pero a esa libertad que dibujara sobre los claroscuros Marlon Brando como el Coronel Kurtz en Apocalypse Now. Vivir es un marrón, sobre todo cuando estás postrado involuntariamente. Pero también lo es cuando la apariencia y la opinión nos abrazan hasta dejarnos irreconocibles.

Se pusieron de moda los círculos no hace mucho tiempo, en el muy teórico y poco práctico renacimiento de la política hecha por gente y para la gente. Es un engaño. Se puede hacer política para la gente, pero la política no puede hacerla la gente. La gente, cuando hace política, lo que acaba por hacer es lo que se ha hecho en Andalucía desde hace 40 años. Lo que a escala sucede en tantas y tantas partes que no nos atrevemos si quiera a imaginarlo. Porque las apariencias al final explotan. Porque el teatro está bien en el teatro, que una vez termina la obra te devuelve al mundo real. La apariencia te aparta en tal modo del mundo que, realmente, transfigura nuestra percepción sobre el mismo.

Sucede que a Mercedes García Paine, actual Delegada de Educación de la provincia de Málaga, le han hecho el truco del círculo, y se ha filtrado un vídeo que se adjetiva según el medio en el que se consulte la noticia. Hasta aquí todo normal, lo de la filtración, la variedad en el uso del vocabulario descriptivo, etc… Incluso normal lo de los que, dejándose llevar por la apariencia y la opinión, piden dimisiones… Gente tan intrascendente que desaparece hasta en Twitter, gente que también tiene derecho a poder, sobre todo, seguir comiendo bien. Sin embargo, lo que no me parece normal es que no se tenga claro que este marrón que dice la señora Paine que tiene la Junta de Andalucía, lo tenemos también todos y cada uno de los andaluces que llevamos 40 años dejándonos llevar tranquilamente por la apariencia y la opinión. Salvo que pretendamos aparecer en el libro que no llegó a publicar el coronel. Kurtz, claro.

Imagen: «Palacio Real I» Chema Muñoz Rosa © 2018